Algunos de mis clientes acuden a mí con problemas de gestión del tiempo, estrés y problemas de seguridad.
Muchos tienen empresas y el generar contenido para las redes se estaba convirtiendo en un serio problema.
Siempre me he preguntado que podría pasar si desconecto de las redes.
Como no soy de medias tintas, decidí de forma consciente no publicar nada en 3 meses, salvo alguna historia y poco más.
¿ Que podría pasar?
No ha pasado nada. De hecho, solo cosas buenas.
Os cuento mi experiencia de desconexión.
De repente, mi día tiene 48horas: Tengo tiempo hasta de hacer bizcochos.
Mi cerebro funciona a pleno rendimiento: ¿Os pasa que las notificaciones os interrumpen hasta el pensamiento más profundo? Ahora, mi concentración ha subido como la espuma.
Mi nivel de estrés ha bajado a cero: ¿Os suena esa sensación de “necesito más liques”, “me estoy perdiendo algo”? Paz mental total.
¡Me he reconectado con la gente DE VERDAD! Mas Cafés, más abrazos y menos emoji. Estoy feliz.
La creatividad fluye sin filtros: Dejar de ver lo que hacen los demás me ha dado espacio para mis propias ideas. Sin la presión de seguir tendencias, me siento más libre para crear y pensar. Pronto os enseñaré cositas.
Muchos de vosotros me contáis el estrés que generan los liques, la necesidad de validación externa y el miedo a no encajar. ¡Ojo! Las redes pueden ser geniales y una gran herramienta si tienes una empresa, pero también un caldo de cultivo para la inseguridad.
Desconectar un poco nos ayuda a recordar nuestro propio valor.
Así que, ¿os animáis a experimentar un poquito de esta «desconexión consciente»?
No digo que tiréis el móvil por la ventana, pero quizás probar a reducir el tiempo, silenciar notificaciones o incluso tomaros un «finde détox» digital puede hacer maravillas por vuestra paz mental.